Historia de Caliwood, Museo de la Cinematografía
Por Hugo Suárez Fiat
Hace unos 20 años, cuando me encontraba padeciendo el letargo que produce el lento proceso de restauración de un automóvil clásico, hospedado por un extenso periodo en un taller de la ciudad de Cali, me di cuenta que en la parte posterior del mismo se encontraban abandonados dos magníficos proyectores de cine con formato para películas de 35 MM, que en la época de su mayor esplendor fueron utilizados para presentar filmes de largo metraje en uno de los teatros públicos de esta capital. Los dos aparatos, de la marca Super Simplex / Peerless Magnarc, modelos de 1932, mantenían la elegancia y la hidalguía de la cual fueron investidos cuando los fabricaron en Estados Unidos durante el florecimiento del diseño tipo Art Deco. Su extraordinaria concepción artística, la excelencia de su arquitectura metálica y la mítica y obsoleta tecnología del arco voltaico, incorporada en sus linternas de proyección, hicieron que yo cayera rendido a los pies de los mismos e iniciara en la República de Colombia, la primera colección especializada de tales equipos, con el fin de protegerlos y ampararlos para que en el futuro las actuales y venideras generaciones puedan tener la oportunidad de apreciar, en toda su dimensión, el tránsito de los equipos manuales, mecánicos, ópticos y eléctricos, para la presentación de películas, a los sofisticados cerebros digitales que impactan y revolucionan el mundo entero. Después de tediosas y prolongadas negociaciones logré que el propietario de los proyectores que en segunda instancia pertenecían al longevo Teatro Asturias me los enajenara por una suma razonable.
A partir de la adquisición de los 2 proyectores de cine marca Super Simplex / Peerless Magnarc, que después descubrí fueron importados para don Hermann Bohmer y utilizados por un largo período en el Teatro Jorge Isaacs de Cali, según testimonio periodístico extendido por el viejo proyeccionista Antonio Burbano, de lo cual el Museo posee documento periodístico que comprueba tal aseveración, inicié una cruzada destinada a localizar más equipos, lo cual arrojó resultados positivos y sorprendentes pues armé una colección de 50 aparatos profesionales, destinados para el uso del celuloide de 35 MM, provenientes de teatros de Bogotá, Pasto, Ipiales, Pereira, Armenia, Duitama, Pueblo Tapao, Génova, Restrepo, Buga, Palmira, Jamundí, Bolívar y Silvia en el departamento del Cauca y naturalmente de Cali. Consolidado lo anterior decidí enriquecer el tema con elementos y accesorios ligados a la producción de películas, a los teatros de barrio de las capitales y de los pueblos de la nación y a la fotografía, incluyendo en tal iniciativa sillas, avisos, carteleras, filmadoras manuales y de cuerda, proyectores de diapositivas, filminas, transparencias o “slides”, daguerrotipos, cámaras fotográficas antiguas,, proyectores de vidrios, tiqueteadoras, cortadoras y pegadoras de acetatos, empalmadoras, rollos, películas, placas de vidrio, carretes de hierro, aluminio y plástico, afiches, volantes, pastines, proyectores de cine de uso doméstico de tres distintas generaciones, ampliadoras de fotos, cámaras Polaroid, la Foto Agüita, mimeógrafos y una imponente colección de antigüedades y de teléfonos antiguos que exceden el centenar, con lo cual se ilustra, en especial a los jóvenes, con objetos que fueron creados cuando nacieron los equipos fotográficos y cinematográficos. Lo anterior trajo como consecuencia que un proyecto que se consideraba pequeño, se transformara en una realidad de dimensiones muy grandes, pues con el paso del tiempo se visualizó un horizonte gigantesco, como consecuencia del fenomenal descuido de parte nuestra para tutelar algo que nos es tan cercano a todos, sin distingo, como es el cine y la fotografía. Todo lo anterior me estimuló, en consecuencia, a fundar CALIWOOD el Museo de la Cinematografía.
Finalmente, el autor estableció que a pesar de su enorme trascendencia la marca CALIWOOD, una sigla usada por muchas personas - sin progenitor conocido - durante varias generaciones, permanecía desamparada y en efecto no había sido acuñada, a pesar de ser la sigla con la cual se recoge la memoria colectiva del cine en Cali y en Colombia. Es decir, la marca CALIWOOD estaba afectada por el mismo fenómeno de abandono que sufrieron los dos proyectores de cine del Teatro Jorge Isaacs encontrados casualmente y en la práctica, a la intemperie, en un taller de mecánica. En tales circunstancias se procedió a realizar, a nivel nacional e internacional, el registro legal de la marca CALIWOOD, la cual será usada por el Museo de la Cinematografía, ahora y en el futuro, como su insignia máxima. Cali, Colombia Enero de 2023.
A partir de la adquisición de los 2 proyectores de cine marca Super Simplex / Peerless Magnarc, que después descubrí fueron importados para don Hermann Bohmer y utilizados por un largo período en el Teatro Jorge Isaacs de Cali, según testimonio periodístico extendido por el viejo proyeccionista Antonio Burbano, de lo cual el Museo posee documento periodístico que comprueba tal aseveración, inicié una cruzada destinada a localizar más equipos, lo cual arrojó resultados positivos y sorprendentes pues armé una colección de 50 aparatos profesionales, destinados para el uso del celuloide de 35 MM, provenientes de teatros de Bogotá, Pasto, Ipiales, Pereira, Armenia, Duitama, Pueblo Tapao, Génova, Restrepo, Buga, Palmira, Jamundí, Bolívar y Silvia en el departamento del Cauca y naturalmente de Cali. Consolidado lo anterior decidí enriquecer el tema con elementos y accesorios ligados a la producción de películas, a los teatros de barrio de las capitales y de los pueblos de la nación y a la fotografía, incluyendo en tal iniciativa sillas, avisos, carteleras, filmadoras manuales y de cuerda, proyectores de diapositivas, filminas, transparencias o “slides”, daguerrotipos, cámaras fotográficas antiguas,, proyectores de vidrios, tiqueteadoras, cortadoras y pegadoras de acetatos, empalmadoras, rollos, películas, placas de vidrio, carretes de hierro, aluminio y plástico, afiches, volantes, pastines, proyectores de cine de uso doméstico de tres distintas generaciones, ampliadoras de fotos, cámaras Polaroid, la Foto Agüita, mimeógrafos y una imponente colección de antigüedades y de teléfonos antiguos que exceden el centenar, con lo cual se ilustra, en especial a los jóvenes, con objetos que fueron creados cuando nacieron los equipos fotográficos y cinematográficos. Lo anterior trajo como consecuencia que un proyecto que se consideraba pequeño, se transformara en una realidad de dimensiones muy grandes, pues con el paso del tiempo se visualizó un horizonte gigantesco, como consecuencia del fenomenal descuido de parte nuestra para tutelar algo que nos es tan cercano a todos, sin distingo, como es el cine y la fotografía. Todo lo anterior me estimuló, en consecuencia, a fundar CALIWOOD el Museo de la Cinematografía.
Finalmente, el autor estableció que a pesar de su enorme trascendencia la marca CALIWOOD, una sigla usada por muchas personas - sin progenitor conocido - durante varias generaciones, permanecía desamparada y en efecto no había sido acuñada, a pesar de ser la sigla con la cual se recoge la memoria colectiva del cine en Cali y en Colombia. Es decir, la marca CALIWOOD estaba afectada por el mismo fenómeno de abandono que sufrieron los dos proyectores de cine del Teatro Jorge Isaacs encontrados casualmente y en la práctica, a la intemperie, en un taller de mecánica. En tales circunstancias se procedió a realizar, a nivel nacional e internacional, el registro legal de la marca CALIWOOD, la cual será usada por el Museo de la Cinematografía, ahora y en el futuro, como su insignia máxima. Cali, Colombia Enero de 2023.